miércoles, 29 de mayo de 2013

SISTEMA EXCRETOR

SISTEMA EXCRETOR

El aparato excretor es un conjunto de órganos encargados de la eliminación de los residuos nitrogenados del metabolismo, conocidos en la medicina como orina; que lo conforman la ureay la creatinina. Su arquitectura se compone de estructuras que filtran los fluidos corporales (líquido celomáticohemolinfasangre). En los invertebrados la unidad básica de filtración es elnefridio, mientras que en los vertebrados es la nefrona o nefrón. El aparato urinario humano se compone, fundamentalmente, de dos partes que son:
  • Los órganos secretores: los riñones, que producen la orina y desempeñan otras funciones.
  • La vía excretora, que recoge la orina y la expulsa al exterior.
Está formado por un conjunto de conductos que son:
  • Los uréteres, que conducen la orina desde los riñones a la vejiga urinaria.
  • La vejiga urinaria, receptáculo donde se acumula la orina.
  • La uretra, conducto por el que sale la orina hacia el exterior, siendo de corta longitud en la mujer y más larga en el hombre denominada uretra peneana.


CISTITIS
Es la inflamación aguda o crónica de la vejiga urinaria, con infección o sin ella. Puede tener distintas causas. Los síntomas más frecuentes son: aumento de la frecuencia de las micciones, presencia de turbidez de la orina. La causa más frecuente de cistitis es la infección por bacterias gram negativas. Para que un germen produzca cistitis, primero debe de colonizar la orina de la vejiga (bacteriuria) y posteriormente producir una respuesta inflamatoria en la mucosa vesical. A esta forma de cistitis se le denomina cistitis bacteriana aguda. Afecta a personas de todas las edades, aunque sobre todo a mujeres en edad fértil o a ancianos de ambos sexos.
Insuficiencia renal 
la insuficienia renal es la disminucion de la filtracion glomerular
Algunos problemas de los riñones ocurren rápidamente, como un accidente que causa lesiones renales. La pérdida de mucha sangre puede causar insuficiencia renal repentina. Algunos medicamentos o sustancias venenosas pueden hacer que los riñones dejen de funcionar. Esta baja repentina de la función renal se llama insuficiencia renal aguda.
La insuficiencia renal aguda puede llevar a la pérdida permanente de la función renal. Pero si los riñones no sufren un daño grave, esa insuficiencia puede contrarrestarse con una operación quirúrgica. En la mayoría de los casos, la operación quirúrgica, es un trasplante renal, dejando los que ya posee la persona y poniendo otros sanos.

CAUSAS


La causa más frecuente en los varones, de infecciones a repetición, es una infección bacteriana persistente en la próstata. Las mujeres contraen con frecuencia infecciones de la vejiga después de una relación sexual, probablemente porque la uretra ha sufrido contusiones durante la misma. En casos muy particulares, las infecciones repetidas de la vejiga en las mujeres son originadas por una conexión anómala entre ésta y la vagina.

DIAGNOSTICO.


Diagnóstico: Las pruebas y análisis que tendrán que realizarse al paciente dependerán de la zona donde se presume que radica la infección y de los síntomas que éste padezca. Algunas de las pruebas más generales son las siguientes:
  • Examen físico: El médico palpa la zona abdominal y pélvica del paciente para detectar los lugares con dolor o con enrojecimiento.
  • Análisis de orina: Con una muestra de orina del paciente se examina si ésta contiene algún agente infeccioso (germen nocivo).
  • Cultivos de orina, líquido vaginal o líquido uretral: Se siembra una gota de algunos de estos líquidos en una placa con nutrientes para bacterias y, después de transcurridas varias horas para que éstas crezcan, se determina qué tipo de bacteria es la causante de la infección y qué antibióticos pueden resultar efectivos (antibiograma).
  • Citoscopia: Consiste en introducir por la uretra un tubo provisto de lentes y luz para observar directamente el estado de la uretra y la vejiga urinaria.
  • Ecografía abdominal: Es un estudio indoloro del abdomen que se realiza mediante ultrasonidos que forman una imagen en un monitor.
  • Urografía: Es una radiografía del riñón, para la cual hay que inyectar previamente una sustancia que creará un contraste y el riñón podrá ser observado con facilidad.
TRATAMIENTO

Las infecciones del aparato urinario se tratan con antibióticos, si están causadas por bacterias, o con antivirales (como el aciclovir) si están causadas por virus. Para administrar eficazmente uno y otro tipo de fármaco, el médico especialista tiene la posibilidad de realizar una prueba de sensibilidad o antibiograma, que le ayuda a elegir el más efectivo contra el tipo de microorganismo que está produciendo la infección. Los antibióticos más usados son el trimetoprim, la amoxicilina y la ampicilina. También una clase de fármacos llamados quinolonas han sido aprobados en los últimos años para el tratamiento de las infecciones del tracto urinario, como son la ofloxacina, ciprofloxacina y trovafloxina.
Antes de iniciarse el tratamiento con antibióticos, el médico determina si el paciente padece algún trastorno que pueda agravar la infección, como una alteración de la actividad nerviosa, una diabetes o una disminución de las defensas del organismo que pueda reducir la capacidad de éste último de combatir la infección. En pacientes que sufren infecciones por Chlamydia o Micoplasma se hace necesario un tratamiento más largo con tetraciclina o una combinación de trimetoprim y sulfametoxazol. Un análisis posterior ayuda a confirmar que el tracto urinario está libre de gérmenes. Los pacientes con infecciones de riñón graves tienen que ser hospitalizados hasta que puedan tomar fluidos y fármacos por su cuenta.
Los médicos opinan que beber grandes cantidades de agua ayuda a limpiar el tracto urinario de bacterias y que es mejor dejar de fumar (el tabaco es el principal causante del cáncer de vejiga) y de tomar café, alcohol y comidas con especias mientras la infección se mantenga. Si la infección se debe a una obstrucción física de la orina (a una piedra, por ejemplo), puede ser necesaria la cirugía para eliminar aquello que produce la obstrucción o corregir una posible anomalía física como podrían ser una útero y una vejiga caídos. La litotricia extracorpórea puede desintegrar la piedra mediante ondas de choque producidas mediante un aparato llamado litotritor. También puede eliminarse una piedra del riñón mediante la nefrolitotomía percutánea, que consiste en una pequeña incisión en la espalda para crear un túnel directo al riñón por donde se introduce un instrumento llamado nefroscopio, que sirve para localizar y extraer el cálculo. Para aliviar los síntomas que producen las infecciones del tracto urinario urgencia urinaria, dolor al orinar, espasmos...) se utilizan diferentes tipos de fármacos como la atropina y la fenazopiridina.
 cólico nefrítico
El cólico nefrítico es la manifestación clínica inicial más frecuente de la existencia en la vía urinaria de un cálculo.
Se trata de un dolor agudo e intenso que evoluciona entre episodios penosos. Como dolor intenso, origina reacciones psicológicas que añaden en ocasiones al cuadro álgido, cierto grado de sufrimiento.
Este cuadro es uno de los síndromes dolorosos más acentuados conocidos por la práctica médica en la asistencia de urgencias, por la brusquedad, intensidad y agudeza de sus síntomas.

¿Cuáles son sus causas?
El origen de éste cuadro habitualmente es un cálculo que, procedente de las cavidades renales, camina a través del uréter, (estructura que comunica el riñón con la vejiga, vehiculizando la orina), hacia la vejiga, para ser eliminado al exterior a través de la uretra. Cuando esta migración se ve interrumpida por alguna causa o circunstancia, el cálculo sufre una parada, se enclava o impacta en un lugar determinado y causa los síntomas propios del cólico nefrítico.
A veces el cuadro no se debe a la presencia de un cálculo sino a la de un pequeño coágulo, o a la dificultad de paso del bolo urinario por una zona estrechada o rectificada por distintas causas, en su camino de drenaje hacia la vejiga en ciertos momentos en que se produce un aumento en la excreción urinaria.
Las circunstancias que favorecen el estancamiento litiásico, pueden ser ciertas peculiaridades anatómicas del tracto urinario, como angulaciones normales del uréter durante su trayecto hacia la vejiga y que son, en cierto modo, normales en la transición entre pelvis renal y uréter, la región de cruce de los vasos iliacos, el área del ligamento ancho en las mujeres o del conducto deferente en los varones, o en la zona de uréter que camina durante un cierto trayecto por el espesor de la pared vesical hasta desembocar en el interior de ésta; o deberse también a características propias del cálculo como son su tamaño, morfología, superficie,.... El tamaño es un dato importante a considerar, ya que aquellos de tamaño inferior a 5-6 mm de diámetro son presumiblemente expulsables de forma espontánea.
Este intenso dolor se debe a que por encima del lugar de impactación del cálculo, se produce un aumento brusco de la presión intraluminal (en el interior del sistema colector). Este aumento de presión produce asimismo dos hechos: por un lado la distensión de la cápsula renal por el edema y el glaucoma renal secundario al aumento del flujo, y por otra parte, la distensión de las estructuras extra e intraparenquimatosas. Al incrementarse la presión intraluminal se distienden las cavidades renales y, por lo tanto, el músculo liso de la estructura pielo-ureteral y los elementos fibroconjuntivos de la cápsula renal. A estos niveles hay unos receptores nerviosos que captan cambios en la tensión de las estructuras y que son los que desempeñan un papel en la transmisión de la sensibilidad. Al producirse el estímulo de éstos, se transmite por unas vías nerviosas llamadas simpáticas al sistema nervioso central, donde se integra toda la información recibida de dichas estructuras y se realiza un reconocimiento consciente del dolor.
Otros factores que participan en la crisis dolorosa son: la posible extravasación tisular de orina (la hipersecreción puede producir una fisura o rotura de la vía urinaria) que irrita la mucosa; la distensión de las fibras musculares del uréter y de la musculatura esquelética proximal; el espasmo local e incluso la inflamación de toda el área próxima al cálculo. Sin embargo serán los cambios uro y hemodinámicos que la obstrucción ureteral produce, los que expliquen la clínica .
La obstrucción total y mantenida puede llevar a un deterioro de la función renal motivado por el aumento de la presión en el interior de la vía excretora, que frena el filtrado que se realiza en una estructura de la unidad básica del riñón o nefrona y que se denomina glomérulo , disminuyendo también el flujo renal, provocando a la larga ambos fenómenos una atrofia renal hidronefrótica (dilatación del sistema colector renal por acumulación de orina).
Los cambios de presión más significativos se producen inmediatamente después de la obstrucción en las primeras horas, apareciendo a continuación mecanismos de compensación que permiten mantener el filtrado glomerular sin que se generen presiones dentro de la pelvis renal elevadas.
La obstrucción origina así mismo cambios hemodinámicos intrarrenales. El flujo renal aumenta bastante en la primera hora y media, para descender a un 50% de los niveles basales en 12 a 15 horas.
¿Qué síntomas produce?
Habitualmente el cuadro se manifiesta en un sujeto que encontrándose previamente bien, presenta de forma paroxística un dolor muy intenso y de tipo cólico (es decir con intercrisis de discreto alivio y posterior empeoramiento álgido) en la región costolumbar del lado afecto, que se dirige posteriormente de forma descendente hacia la fosa ilíaca, zona inguinal homolateral, testículo en el varón y vulva en la mujer, así como a la cara interna del muslo en ambos sexos.
A veces se acompaña de síntomas urinarios como son la hematuria (sangre en orina), el aumento de la frecuencia miccional o polaquiuria con micciones escasas en volumen, escozor miccional con cierto grado de disconfort vesical y uretral miccional , sobre todo cuando el cálculo está próximo a vejiga.
La crisis álgida, intermitente de "tipo cólico", tiene una duración de minutos u horas, pudiéndose repetir a lo largo de días y soliendo finalizar con la expulsión del cálculo en forma de arenillas o de un verdadero fragmento litiásico, generando un gran alivio para el paciente. Se han descrito como factores desencadenantes el esfuerzo mantenido, una larga caminata, una comida copiosa o la ingesta abusiva de alcohol.
Suele acompañarse de un marcado cortejo de síntomas viscerales, fundamentalmente sensación de plenitud y meteorismo. También hay manifestaciones dependientes de procesos irritativos locales, apareciendo cierto grado de defensa abdominal localizada que producen contracturas del músculo esquelético próximo al área sacroilíaca, del cuadrado lumbar y de los músculos oblicuos del abdomen. Se producen además con frecuencia manifestaciones vegetativas consistentes en un aumento de la frecuencia cardiaca, cierta alteración en la presión arterial, palidez y sudoración fría.
El cólico nefrítico tiene un marcado componente emocional que puede incluso llegar a ser desproporcionado en intensidad y duración con respecto al estimulo doloroso. Como más frecuente se trataría de un paciente pálido, con sudoración fría, angustiado y agitado, que es incapaz de permanecer quieto y/o tranquilo ni un solo momento, y que tras el cese de la crisis cólica, se le ve como sufriendo, esperando una nueva crisis. En ocasiones todo éste cuadro puede acompañarse de fiebre convirtiéndose en un cólico renal séptico, proceso más delicado y que precisa una actuación más diligente, ya que puede ser el origen de un grave proceso séptico que puede encaminar al shock. En circunstancias especiales como los pacientes monorrenos, litiasis bilaterales...., el cólico puede también complicarse con una falta de emisión de orina o anuria, que puede ocasionar un deterioro rápido de la función renal con importantes consecuencias sistémicas para el afectado.

¿Cómo se diagnostica?
De forma tradicional se establece éste por la clínica típica que presenta éste tipo de paciente, así como por la exploración física, el estudio del sedimento urinario y las pruebas radiológicas complementarias.
En cuanto a la exploración física destacan: la presencia de una puñopercusión renal positiva ipsilateral (golpeando suavemente con el puño el explorador, sobre la fosa lumbar homolateral al proceso cólico, se reproduce el cuadro produciéndose un dolor en dicha fosa renal que puede incluso irradiar por el trayecto ureteral hacia región inguinal y/o genitales); también pueden ser dolorosos los puntos ureterales que comprenderían las zonas lumbar baja y por delante desde unos centímetros más bajos del reborde costal y próximo al resalte de la espina ilíaca anterosuperior, hacia la región inguinal - genitales externos (testículo en varón y labio mayor homolateral en la mujer).
El examen en fresco del sedimento urinario puede mostrar la existencia de microhematuria (hematíes en orina) y cristaluria (cristales de oxalato cálcico, ácido úrico, fosfatos...) alteraciones del pH urinario (alcalino en litiasis de fosfato, ácido en las de ácido úrico), ó bacteriuria o leucocituria en el caso de un cólico renal séptico.
Con respecto a los métodos de imagen complementarios, la radiografía simple del aparato urinario es fundamental; ya que al estar el 90% de los cálculos compuestos por calcio y por lo tanto ser radiopacos, serán descubiertos con facilidad por ésta técnica. Sin embargo, los cálculos pequeños (menores de 2 mm) y los radiolúcidos (de ácido úrico por ejemplo), no se van a poder diagnosticar con una radiografía simple, debiéndose recurrir a otras exploraciones radiológicas como la ecografía, tan usada actualmente y el urograma intravenoso .
La litiasis, aún siendo cálcica y radiopaca, puede estar enmascarada por el gas intestinal o estructuras óseas, o ser confundida con otro tipo de formaciones cálcicas. En estas circunstancias, es necesaria la práctica de otras proyecciones radiológicas (laterales, oblicuas...); pudiéndose así en ocasiones realizar diagnóstico diferencial con otros procesos que pueden llevar a engaño como son los flebolitos pelvianos (calcificaciones vasculares venosas), aneurismas vasculares calcificados, calcificaciones costales, contrastes yodados de exploraciones previas por otros motivos, ganglios abdominales calcificados, cuerpos extraños...


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